Islas Canarias: La primavera
perpetua
Las “Islas Afortunadas”
son el paraíso europeo. Situadas en medio del oceano Atlántico
y en medio de África constituyen el destino ideal para descansar
y gozar del mar y del sol en cualquier época del año. Todo
en ellas está especialmente pensado para satisfacer al visitante.
A menos de cuatro horas de vuelo de las principales capitales europeas
podemos olvidarnos del frío y sumergirnos en aguas cristalinas,
inmensas y paradisíacas playas de arena blanca y una temperatura
siempre primaveral.
Al visitar las Islas Canarias nos adentramos en un mundo mágico,
marcado por los prodigios de la naturaleza. Temperaturas que rondan los
22 grados
durante
todo el año permiten disfrutar de sus magníficas infraestructuras
turísticas. Parques naturales, Hoteles, urbanizaciones, parques
acuáticos e instalaciones náuticas recorren sus 1.500 kilómetros
de costa, ofreciéndole una oferta de ocio extensa y variada. Siete
islas muy diferentes en paisajes y ambientes pero que coinciden en la
calidad de sus playas –muchas de ellas distinguidas con la Bandera
Azul de la UE- y en la presencia de un clima sin concesiones al mal tiempo.
Grandes arenales, calas y acantilados se suceden ofertando al visitante
todo lo necesario para disfrutar de unos días de descanso al borde
del Atlántico.
Playas para todos los gustos
Fuerteventura posee las playas más extensas de todo el archipiélago.
Aguas aturquesadas delimitan kilómetros de arenas blancas que se
conservan en su mayoría vírgenes y desiertas. Por su parte,
Lanzarote es la tierra de los contrastes cromáticos. Calas entre
acantilados dan la oportunidad de practicar el nudismo, mientras que los
arenales negros son únicos en su especie. Se hace necesario arribar
a Gran Canaria y disfrutar de las propuestas de parajes tan bellos como
las dunas de Maspalomas, el puerto pesquero de Mogán o los acantilados
del Andén Verde y Santa Cruz de Tneerife o el Puertos de la Cruz
son el espejo en el que se miran otras islas similares como Haway.
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